Las redes sociales son una excelente herramienta para comunicarse y compartir información. Sin embargo, no están exentas de peligros. Pero, ¿te has planteado cuales son las amenazas a las que te puedes enfrentar?
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Uso indebido de las fotos
Cada vez que compartimos o publicamos una foto en internet, ésta inmediatamente escapa a nuestro control. Por ello, es importante que tengamos muy claro que no nos importa quién pueda llegar a verlas.
Ciberbullying
El ciberbullying es el acoso a través de Internet. Es un fenómeno que cada vez preocupa más a padres y autoridades. Por desgracia, es un fenómeno en aumento debido al tiempo, cada vez mayor, que dedican niños y adolescentes a las redes sociales.
El ciberbullying implica, entre otras cosas, secretos descubiertos, rumores falsos, reputaciones arruinadas; en definitiva, un hostigamiento continuo. Es un problema que puede empezar en la escuela como un “juego”, pero puede involucrar también a gente adulta que aprovecha la facilidad con la que se pueden crear perfiles falsos en estas plataformas.
Por todo ello, es importante que los padres se tomen muy en serio este tema, y procuren tener un cierto control sobre las actividades que llevan a cabo sus hijos en Internet.
Desprotección de Menores
Si bien es cierto que casi todas las redes sociales piden una edad mínima de entrada, no es ningún secreto que los niños y adolescentes se lo saltan a la torera. Como son el colectivo más vulnerable en Internet, es necesario que los padres estén especialmente atentos.
Suplantación de Identidad
Es muy fácil que cualquiera coja nuestra foto de perfil de Facebook, junto con nuestro nombre, y se haga pasar por nosotros sin nuestro consentimiento.
Cabe recordar que ha habido casos dramáticos de pederastas que se hacían pasar por niños para contactar con otros niños.
El phishing
Es otro de los peligros de las redes sociales más conocidos. Se trata de una modalidad de fraude que se caracteriza porque se lleva al usuario al engaño haciéndole revelar todos los datos de acceso de su cuenta mediante la invitación a una página idéntica a la de una red social. El usuario, al hacer clic, creerá por la apariencia tan parecida con la original, que se trata de un sitio de confianza e iniciará sesión normalmente.
Es entonces cuando, sin darnos cuenta, estaremos entregando nuestros datos a un desconocido. Sólo seremos consientes del engaño cuando nuestra cuenta sea manipulada para fines fraudulentos como enviar spam a nuestros contactos o convencerles de instalar algún programa malicioso, aprovechando su confianza. Incluso se puede dar el caso de que nuestra información privada pueda ser vendida junto a la de otros miles de cuentas en el mercado negro (Dark Web).
Malware
Las redes sociales son uno de los focos más vulnerables para infectar nuestro ordenador, con cientos de virus camuflados como anuncios o publicaciones.
Como ejemplo, en 2008 el gusano Koobface fue una de las primeras amenazas para Facebook. Mediante comentarios en los perfiles de sus víctimas, les invitaba a ver un video mediante el enlace a una web que a su vez le pedía instalar un programa (códec) para ver correctamente el sitio.
Por desgracia, desde esa fecha hasta hoy se ha multiplicado el número de aplicaciones falsas, con la promesa de que podamos ver quien ha visto nuestro perfil, por ejemplo.
Problemas de privacidad
Para muchos las redes sociales se han convertido en lugares donde compartir una gran cantidad de información sobre sus vidas. Desde datos básicos de contacto, hasta información acerca de sus amigos, trabajos, aficiones y rutinas.
Sin embargo, también inspiran temor y suspicacias sobre cómo pueden ser administrados estos datos personales. Facebook siempre ha estado en el punto de mira sobre sus límites de privacidad. De hecho, hace unos días salió a la luz el escándalo Cambridge Analytica, en el que se pusieron en peligro los datos personales de al menos 50 millones de usuarios.
Pérdida de productividad
El uso de las redes sociales en tiempo de trabajo puede conllevar la pérdida de productividad. Por ello, muchas empresas prohíben y bloquean su uso en las oficinas.
Incitación al odio
Si bien es cierto que los mensajes de odio no son exclusivos de las redes sociales, sí pueden ser usados y con mucha frecuencia para la difusión de expresiones discriminatorias y discursos racistas hacia el otro, que es diferente. Los grupos sociales más atacados son los judíos, católicos, musulmanes, hindúes, homosexuales, mujeres, inmigrantes y las minorías.